sábado, 10 de julio de 2021

EL DIOS APOLO Y LOS CELTAS

 

Es sintomático de la complejidad de los dioses celtas y de su residencia a dejarse clasificar pulcramente el que Nodens, en las inscripciones latinas, sea equiparado con Marte. Esto es compatible con la participación del irlandés Nuada en combate y con el hecho de que poseyera la espada, uno de los Cuatro Presentes de Tuatha. 

Coinciden además en Nuada dos rasgos contrapuestos. Por un lado, tiene diversas alianzas con el inframundo. Por otro, hay una placa de bronce encontrada en Lydney que lo representa joven y rodeado por un halo solar, prestándole cierta similitud con Apolo.

Pero para confundir aún más el asunto, generalmente se asume que el Apolo galo de César es Belenos (Belinus en las Islas Británicas). En realidad, Apolo llega misteriosamente tarde al panteón griego. Entre las diversas teorías que se barajan en torno a sus orígenes hay una según la cual éste fue una deidad celta adoptada por los griegos. 

Se ha avanzado la posibilidad de que el motivo del ataque celta a Delfos pudiera ser una suerte de interés posesivo por su deidad tutelar. Markale sugiere que, enterados los celtas de que las sagradas declaraciones de Apolo estaban siendo distorsionadas para servir a las necesidades del estado, el ataque al santuario fue parte de un intento por devolverle su verdadera función, objetivo que se vio frustrado por el destino.




Es cierto que, con el paso de los siglos, el oráculo había degenerado hasta convertirse en instrumento político y, desde luego, si los celtas atacaron para hacerse con un botín, como en general se cree, la verdad es que no pudo ser gran cosa.

Se dice que, dos siglos más tarde, el general romano Cepio se apropió de 45.000 kilos de oro y 50.000 kilos de plata que al parecer provenían de aquel episodio y que entonces se hallaban en la región del lago Toulouse. Aunque los Volcos Tectosagos, que formaban la vanguardia de la expedición, procedieran de esta región, es improbable que el botín de Cepio fuera el tesoro délfico. La mayor parte de él había sido expoliada en saqueos anteriores y aunque pudiera ser que los celtas se llevaran lo que de él quedara, su retirada fue tan precipitada que se vieron obligados a quemar casi todos sus efectos y- según fuentes griegas- a matar a los heridos, entre ellos al mismo jefe de la expedición. Incluso entonces, su larga marcha hasta la seguridad de los territorios nativos estuvo tan marcada por el infortunio que poco pudo conservarse. Así pues, hay razones para creer que el ataque a Delfos estuviera inspirado por otros motivos, aunque disten mucho de estar claros.

En mi opinión todo intento por demostrar que los griegos se apropiaron de Belinus y lo rebautizaron "Apolo" carece de base. Es cierto que Belinus, igual que Apolo, es un dios de fuentes sagradas. La fuente milagrosa de Barenton -que se halla en los límites del bosque bretón de Paimport, la Brocéliande arturiana- le debe su nombre, tal como indica el relato del siglo XIII "Ordinances of the Count of Laval", donde recibe el nombre de fuente de Belenton. 


CONTINUARÁ


Ward Rutherford: EL MISTERIO DE LOS DRUIDAS (Barcelona, Martínez Roca, 1994, pp.71-72)


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