Anterior á la primavera del renacimiento , hubo la poesía
cortesana, flor de cultura artificiosa y refinada que, si bien
de vida endeble , ostentó brillantes colores en el campo de
la caballería. Al rústico juglar que cantaba en medio de las
refriegas ó en la desnuda cámara del antiguo castillo feudal,
al laborioso clérigo que contaba las sílabas de sus versos en
el retiro del estudio , sucedió el galante trovador que entonaba
ó recitaba sus canciones en los espléndidos salones de
la corte regia ó del palacio señorial. Esta clase de poesía
fué desde muy antiguo conocida en Castilla ; mas como si
se apartase del genio y humor de sus costumbres y de su
lengua , usaba de la provenzal en boca de poetas advenedizos
y de la gallego-portuguesa cuando la ensayaban los naturales.
Mas aunque esta última se ejercitase no sólo en
asuntos cortesanos , sino también religiosos y políticos , era
ya entonces por punto general este linaje de poesía , como
después continuó siendo , más bien culto entretenimiento
y objeto de solaz para una clase que parto de una inspiración
interesante para todas. Más tarde hubo trovadores en
lengua castellana.— Distinguiéndose esta poesía de las anteriores
por el arte, ó mejor artificio , así en la parte de expresión,
como en la prosódica, dio el primer paso hacia el
encarecimiento ingenioso de los afectos y la sutileza del
pensamiento, y estableció una tradición que pudo despertar
en los naturales de ciertas comarcas geniales inclinaciones á
lo agudo y conceptuoso. No se interrumpió desde entonces
el efecto de esta poesía que penetró después, si así vale decirlo,
por debajo de la corteza clásica de la escuela italiana
para de nuevo y remozada salir después á luz en la de poesía
nacional. Y como en testimonio de su especial influjo,
allí donde más que en otros puntos se había mantenido su
cultivo, conviene á saber, en Valencia , y rodeado de poetas
, inmediatos herederos de los trovadores, concibió Lope
de Vega la forma definitiva de la poesía dramática española.
Las mismas causas históricas que fomentaron al fin en
Castilla el género lírico cortesano, promovieron también
costumbres y resabios de una caballería galante, fantástica
y aventurera, diversa de la antigua y grave caballería castellana,
é importando nuevas narraciones francesas y en especial
las del ciclo bretón, antes desconocido ó poco apreciado,
dieron origen en nuestra península á un nuevo linaje
de héroes caballerescos, que con ser discípulos de los de
la tabla redonda , redujeron sin embargo á menores términos
, por un feliz influjo del carácter nacional, los supuestos
licenciosos fueros de la galantería. Al mismo impulso
corresponden también la adopción ó invención de otras narraciones
novelescas , de temple menos militar que los libros
de caballerías.
La poesía de trovadores se consideraba como una ciencia,
y á titulo de tal la estudiaban los cultivadores de las demás
disciplinas y de la ciencia escolástica que era la más
importante. De aquí provino en aquella no solo la mayor
frecuencia de asuntos graves, sino además la introducción
de abstracciones metafísicas y de formas dialécticas, que llevaron
mucho más adelante la mencionada afición á la sutileza.
Y por cierto no sólo en la escuela de trovadores sino
en la italiana, y sobre todo en la nacional, obraron los estudios
filosóficos y teológicos que, si comunicaron al lenguaje
poético hábitos que no le convenían, contribuyeron no pocas
veces á levantar la inspiración y á engrandecer las miras
de los poetas.
Sin reñir al principio con la poesía de los trovadores, antes
aliándose con ella, á la manera que se enlazan y combinan
á veces el arte gótico y el del renacimiento, se introdujo
como nuevo elemento de nuestra literatura la influencia
italiano-clásica. El espíritu alegórico dantesco , intelectual
y místico, acorde con las mas profundas concepciones
de la edad media, vino á hermanarse con la alegoría más.
frivola ya usada por los primitivos trovadores y especialmente
por los troveros ; el platonismo amatorio de Petrarca
con el que provenia de Geraldo y de los Arnaldos ; la.
elegancia italiana con el lenguaje escogido y á veces oscuro adrede
de las escuelas cortesanas. Mas tarde fueron adoptados
de Heno la versificación , el gusto y los géneros de la
poesía toscana , y entre ellos la canción y el soneto , que
guardan no poca afinidad con la poesía de los trovadores.
Manuel Milà y Fontanals: De la poesía heroica-popular castellana (pp. 31-33)
No hay comentarios:
Publicar un comentario