sábado, 18 de diciembre de 2021

LA POESÍA TROVADORESCA

 Anterior á la primavera del renacimiento , hubo la poesía

cortesana, flor de cultura artificiosa y refinada que, si bien

de vida endeble , ostentó brillantes colores en el campo de

la caballería. Al rústico juglar que cantaba en medio de las

refriegas ó en la desnuda cámara del antiguo castillo feudal,

al laborioso clérigo que contaba las sílabas de sus versos en

el retiro del estudio , sucedió el galante trovador que entonaba

ó recitaba sus canciones en los espléndidos salones de

la corte regia ó del palacio señorial. Esta clase de poesía

fué desde muy antiguo conocida en Castilla ; mas como si

se apartase del genio y humor de sus costumbres y de su

lengua , usaba de la provenzal en boca de poetas advenedizos

y de la gallego-portuguesa cuando la ensayaban los naturales. 

Mas aunque esta última se ejercitase no sólo en

asuntos cortesanos , sino también religiosos y políticos , era

ya entonces por punto general este linaje de poesía , como

después continuó siendo , más bien culto entretenimiento

y objeto de solaz para una clase que parto de una inspiración

interesante para todas. Más tarde hubo trovadores en

lengua castellana.— Distinguiéndose esta poesía de las anteriores

por el arte, ó mejor artificio , así en la parte de expresión,

como en la prosódica, dio el primer paso hacia el

encarecimiento ingenioso de los afectos y la sutileza del

pensamiento, y estableció una tradición que pudo despertar

en los naturales de ciertas comarcas geniales inclinaciones á

lo agudo y conceptuoso. No se interrumpió desde entonces

el efecto de esta poesía que penetró después, si así vale decirlo,

por debajo de la corteza clásica de la escuela italiana

para de nuevo y remozada salir después á luz en la de poesía

nacional. Y como en testimonio de su especial influjo,

allí donde más que en otros puntos se había mantenido su

cultivo, conviene á saber, en Valencia , y rodeado de poetas

, inmediatos herederos de los trovadores, concibió Lope

de Vega la forma definitiva de la poesía dramática española.

Las mismas causas históricas que fomentaron al fin en

Castilla el género lírico cortesano, promovieron también

costumbres y resabios de una caballería galante, fantástica

y aventurera, diversa de la antigua y grave caballería castellana

é importando nuevas narraciones francesas y en especial

las del ciclo bretón, antes desconocido ó poco apreciado

dieron origen en nuestra península á un nuevo linaje

de héroes caballerescos, que con ser discípulos de los de

la tabla redonda , redujeron sin embargo á menores términos

, por un feliz influjo del carácter nacional, los supuestos

licenciosos fueros de la galantería. Al mismo impulso

corresponden también la adopción ó invención de otras narraciones

novelescas , de temple menos militar que los libros

de caballerías.

La poesía de trovadores se consideraba como una ciencia,

y á titulo de tal la estudiaban los cultivadores de las demás 

disciplinas y de la ciencia escolástica que era la más

importante. De aquí provino en aquella no solo la mayor

frecuencia de asuntos graves, sino además la introducción

de abstracciones metafísicas y de formas dialécticas, que llevaron

mucho más adelante la mencionada afición á la sutileza.

Y por cierto no sólo en la escuela de trovadores sino

en la italiana, y sobre todo en la nacional, obraron los estudios

filosóficos y teológicos que, si comunicaron al lenguaje

poético hábitos que no le convenían, contribuyeron no pocas

veces á levantar la inspiración y á engrandecer las miras

de los poetas.

Sin reñir al principio con la poesía de los trovadores, antes

aliándose con ella, á la manera que se enlazan y combinan

á veces el arte gótico y el del renacimiento, se introdujo

como nuevo elemento de nuestra literatura la influencia

italiano-clásica. El espíritu alegórico dantesco , intelectual

y místico, acorde con las mas profundas concepciones

de la edad media, vino á hermanarse con la alegoría más.

frivola ya usada por los primitivos trovadores y especialmente

por los troveros ; el platonismo amatorio de Petrarca

con el que provenia de Geraldo y de los Arnaldos ; la.

elegancia italiana con el lenguaje escogido y á veces oscuro adrede

de las escuelas cortesanas. Mas tarde fueron adoptados

de Heno la versificación , el gusto y los géneros de la

poesía toscana , y entre ellos la canción y el soneto , que

guardan no poca afinidad con la poesía de los trovadores.



Manuel Milà y Fontanals: De la poesía heroica-popular castellana (pp. 31-33)


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